A esa nariz pegada

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A esa nariz pegada

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Negadle a estos ojos dados

versos de una nariz prieta

pues con mi mente incompleta

y con los cables cruzados,

no entiendo ni sus pecados.

Lo de Luis con agua o vino

suena a chino.

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Y no es por celos, mi queja,

es que hasta lo más sencillo

lo complica en su bolsillo;

una simple moraleja

cuando sale, es más compleja,

¡Si hasta incluso lo divino

suena a chino!

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Ni a Lope, ni a mí presente,

nos parece un hombre entero,

solo es un quiero y no quiero,

un sujeto prepotente

que se cree inteligente.

Hasta el verso mas latino

suena a chino.

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A saber, quizá algún un día

digan que yo estaba loco

o que al saber, más bien poco,

me burlaba y me reía

de Luis y su poesía.

Mas de mí, ni lo mezquino,

suena a chino.

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Poema Ramón Bonachí.

¡Madre mía qué mañana!

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¡ MADRE MÍA QUÉ MAÑANA!

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Después de abrir la persiana,

¡madre mía qué mañana!

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Vi a la vecina de enfrente

sin ningún atuendo

- Que verano estoy sufriendo

sin nada de aire corriente ,

el sol quema enormemente -

Preguntó… - ¿oiga señor 

 no tendrá un ventilador? -

yo me asomé a la ventana.

¡Madre mia qué mañana!

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Después de abrir la persiana,

¡Madre mía qué mañana!

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Aunque firme me mantengo

delante de la criatura,

una cosa está segura,

vaya calentura tengo.

No se como me sostengo,

mis huesos están quemando

del calor que estoy pasando.

¡Que buena esta la paisana!

¡Madre mía qué mañana!

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Después de abrir la persiana

madre mía que mañana

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Buscaré un ventilador.

¡Que no falle que no falle!

y que no se encalle, 

que le quitarte el calor.

Y si quiere otro favor

le daré con mucho gusto

lo que considere justo,

pues la moza está muy sana.

¡madre mía qué mañana!

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después de abrir la persiana 

¡Madre mía qué mañana! 

ULTIMO VÍDEO POEMA

Ausencias

Mi poema favorito

Nada

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La imagen de mi cara en el espejo

me suele recordar, con su mirada,

que aunque lo alcance todo no soy nada,

ser joven es lo mismo que ser viejo.

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A pesar de ser cierto no me quejo,

la vida siempre tiene una parada

donde toda la luz acumulada

se apaga y no concede ni un reflejo.

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Estéril ilusión, terca y demente,

no ha de quedar aquí ni el alma mía

por muy brava que sea la simiente.

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La vida es un momento de alegría,

ella ha de ser mi todo fugazmente

y mi todo la nada cualquier día.

Nada