Un pequeño fragmento (Cuaderna via)

Me persigue el recuerdo que yo mismo he parido
y no encuentro la forma de dejarlo aturdido;
sigo viendo pedazos de un ayer dividido
que se acerca y me suelta susurros al oido.
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Vespertino y sereno se asoma algún momento
cargado con un peso lleno de sentimiento;
la ebullición sonora de un repentino aliento
da notas melodiosas a un pequeño fragmento
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Sentidas sensaciones con la sangre caliente
suben desde los pies hasta la misma frente
parecen hoy en día moverse libremente
entre gritos y risas de un pasado presente.
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Fotografía y poema: Ramón Bonachí.
Chiringuito, La Churrería, Verano del 1969. a mis 9 años

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Hechizo de amor ( cuaderna vía )

Tan seguro me siento, que afirmo sin rigores
que el amor verdadero nunca admite favores;
sucumbir a su hechizo no es cuestión de temores
ni de buscar motivos a inefables furores
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Porque solo el cariño, en su extensa espesura,
entregar sentimientos verdaderos procura;
se aparta del pudor con extrema ternura
y, en su justo momento, de placer se asegura.
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Pero amar a lo loco puede ser peligroso,
pues no llega a entenderse ni a sentirse dichoso;
si luego el corazón no recibe reposo,
perderá la presencia del hechizo amoroso.
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Hay dulzuras amargas si al girar la mirada***
la verdad en los ojos permanece callada,
mas, si dicha mirada se muestra apasionada,
el hechizo de amor... lo da todo por nada.
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Fotografía y poema : Ramón Bonachi.

El guardián de los recuerdos. (Cuaderna via)
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Vuelvo a verte de nuevo frente al mar, olvidado,
con la imagen desnuda muy bien acomodado,
inmóvil, silencioso, sobre el acantilado,
estas sacando pecho sin nadie más al lado.
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Guardas, guardián, recuerdos de algún dia cualquiera ,
en fotos y postales, de forma placentera;
por más que pasen años, todos a la carrera,
no te inquieta el motivo, a ti nadie te espera.
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Un hermoso horizonte de extensa simetría
espera tu mirada cuando se acueste el día,
van y vienen los ojos buscando la bahía,
aquellos que de noche quieren tu compañía.
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Mas siempre queda un halo de soledad herido,
pegado en cada grieta de tu talante erguido;
eres un mudo más, un souvenir querido,
mostrandole a las nubes , tu desnudo atrevido.
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Fotografía y poema : Ramos Bonachí.

Todos somo humanos

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Tú igual que yo, vosotros también, incluso ellos;

los mismos corazones, burgueses o plebeyos,

compartiendo la brisa, abrazando destellos

de risas de colores, de distintos cabellos.

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Yo llevo un crucifijo, tú rezas en la alfombra,

mas, tenemos al lado los dos la misma sombra.

No somos especiales , si la muerte nos nombra

vamos al mismo edén, allí nadie se asombra.

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Tu casa es un castillo , la mía son cartones,

solos nos encontramos viviendo entre millones

de caras sin sonrisas, llenas de confusiones,

perdiendo toda esencia, por míseras razones.

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Todos somos humanos, todos somos iguales,

blancos negros o rojos, somos simples mortales;

hay que buscar las manos de tales o de cuales

y ser más solidario detrás de los cristales.

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Poema : Ramón Bonachí.

óleo cn imagenes : Claudio Bonachí.

Hay una puerta abierta (Cuaderna Via)

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Hay una puerta abierta para entrar poco a poco,

no hay murallas delante ni fronteras tampoco,

solo hay un mundo cuerdo para volverlo loco;

y una eclosión social si es que no me equivoco.

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Tengo una vida enfrente, con un cielo azulado

que me otorga un deseo, por un tiempo pactado;

allí tengo un presente, también tengo un pasado,

con un futuro incierto mirándome de lado.

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Seguro que hay heridas esperando impacientes

y soles amarillos, brillantes, relucientes;

seguro que hay colores iguales, diferentes...;

Se llenarán de tonos los días que hay pendientes.

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Hay una puerta enfrente para empezar de cero,

mejor dejarla abierta, pues cerrarla no quiero;

quizá más adelante me entregue por entero

y pueda abrir más puertas, llegado el mes de enero.

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Fotografía y poema : Ramón

Apocalipsis (cuaderna vía )

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He dormido a las puertas del cielo y del infierno

y he probado lo breve creyendo que era eterno,

los metros recorridos sobre el lecho materno

serán las consecuencias del miedo más interno.

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He alentado mi vida de forma muy precisa

y no sirve de nada, la muerte nunca avisa,

todos esos temores por perder la sonrisa

no son más que amenazas colgando en la cornisa.

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El final es sin duda la flecha mas certera,

cada cual que lo entienda del modo que prefiera;

si acaso pierdo el mundo que llevo en bandolera

no me entreguéis el cielo que el infierno me espera.

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He notado de cerca la luz de las mañanas

y el calor de sus horas copando las ventanas.

No pienso en profecías, tengo mis propias canas;

cuando llegue el ocaso que cierren las persianas.

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Poema : Ramón Bonachí.

Óleo sobre tela : Claudio Bonachí.