La canción del ocaso (Octavillas italianas con estribillo)
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Cinco palmeras descubren
la belleza del ocaso,
disfrutando paso a paso
tal escena en soledad.
A lo lejos aparecen
las farolas en hilera,
abre cada cual su esfera,
y alejan la oscuridad.
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Qué momento, qué ternura,
hasta el tiempo se detiene
junto a las cinco palmeras
bajo un cielo que enrojece.
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Con el runrún de las olas,
nace un místico momento
que contiene un sentimiento
tan profundo como el mar.
Hasta que llegue la noche
y cierre la luz del día,
hay un halo de armonía
que se abre de par en par.
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Qué momento, qué ternura,
hasta el tiempo se detiene
junto a las cuatro palmeras
bajo un cielo que enrojece.
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Amarillos y encarnados
paso a paso y despacito
llenan pronto el infinito
del espacio y su confín
No hay reproches ni susurros
solo miradas sinceras
y cinco oscuras palmeras
bajo un cielo querubín
.
Qué momento, qué ternura,
hasta el tiempo se detiene
junto a las cinco palmeras
bajo un cielo que enrojece.
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Fotografía y poema : Ramón Bonachí.
ME LO DIJO DIOS ANOCHE
Apenas hay claridad
no entiendo esta situación,
si di luz con ilusión
¿por qué tanta oscuridad?.
Ahora por vanidad
no veis más allá del morro,
después de tanto pecar
pedís al cielo socorro.
Pensé, voy a continuar
subiendo un poco el listón ,
y dije ...es mi decisión,
¡que nazcan el cielo y mar!.
Quién lo iba a imaginar
aquí no hay un tío cuerdo,
si nadie le pone fin
serán también un recuerdo.
No quise dejarlo así,
faltaba algo de color,
por eso cree la flor
también aves ofrecí.
Qué iluso... qué tonto fui,
matáis todo lo que vuela,
los árboles sin crecer
las aves a la cazuela.
Lo vuestro salió fatal,
de barro decidí hacer
al hombre y a la mujer,
y puse punto y final
Muy baja está mi moral,
seis días aquí currando
y veo que al terminar
la gente se esta matando.